miércoles, 13 de abril de 2011

EL MOTELO CORRE (Mi Creacíon)


Por la década de los cincuenta del siglo pasado en el caserío de Olaya en la rivera del río Ucayali – Loreto, había un niño que creía que el motelo corría, debido a que los montaraces acostumbraban engañar a los pequeños diciendo que el motelo subía al árbol de ubos a comer el fruto y además corría. Un día, uno de los cazadores invitó al niño a realizar una cacería, se internaron al bosque caminaron dos horas; instalaron un pequeño campamento cerca de una pequeña quebrada descansando en el lugar la primera noche.
 Al día siguiente bien temprano toman su chapo (maduro bien cocido, disuelto en agua)- salen en busca de los animales para cazar, caminan acompañados de los perros: Temible y Shapro, especialistas en la caza de los diferentes animales; cuando de repente, un animal sale corriendo a toda velocidad y los perros tras el animal en estos casos el dueño tiene que seguir a los perros gritando para que estos no abandonen al animal.
-          ¡Guau!, ¡Guau!, ¡guau! – ladraban los perros.
-          Ooough,  Ooough – Gritaba el dueño, seguido del niño.
A unos cien metros de persecución los perros se detuvieron y empezaron a ladrar; cuando llegaron ante ellos, vieron un animal al lado de un árbol caído, ellos pensaron en un sajino; sin embargo se dan cuenta que ¡ERA UN MOTELO!.
Ese momento el muchacho piensa para sí, …el motelo corre….
Al final del día cuando descansaban cuenta al cazador su creencia:
- Hoy  confirmé que el motelo corre muy rápido, ¿También sube árboles?. El cazador le miró extrañado y le dijo
- Eso no es cierto -  le dijo al cazador.
- Pero si corrió cuando los perros lo siguieron ladrando-respondió asombrado.
- Este le respondió - Los perros actuaron inteligentemente, en vez de estar corriendo y gastando energía, a sus pasos vieron el motelo, prefirieron quedarse con él, pues, el motelo realmente ¡No corre! – Además - le dijo- ¡Tampoco sube los árboles!; el animal que primero seguían los perros, era otro.
El niño se dio cuenta que estaba completamente equivocado. ¡EL MOTELO NO CORRÍA!.¡ NI SUBÍA ÀRBOLES!
Finalmente se aclaró que en ningún  momento hay que mentir a los niños por más simple que sea el caso.

Autor: Clotilde Natividad Sánchez Ríos



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